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José María Arzuaga llega a Bogotá desde la España franquista en 1960. Él busca, en Latinoamérica, la democracia que el país ibérico no tenía; busca la promesa del bienestar de la modernidad. Al arribar, Arzuaga se encuentra con la situación del auge de construcción que vivió Bogotá tras “El Bogotazo”, para su restauración, y en el ánimo de modernización. En este sentido, el sur, los cinturones de miseria de quienes llegan del campo, son el otro de esta ciudad, que Arzuaga comenzaría a indagar en su ausencia presente y en su relación con el norte. Arzuaga plasmó en sus películas Raíces de piedra (1963) y Pasado el meridiano (1966), un punto de vista dado desde quien es marginalizado por el proyecto progresista. Su discurso fílmico hace de la ciudad metrópoli, insignia de esa construcción prospectiva de la nación que el cine había apoyado tanto, un centro de contradicción. Este ensayo propone una lectura de la obra de Arzuaga que problematice la ciudad latinoamericana y el discurso desarrollista que la sustenta, a partir de la estética del autor y de su puesta en escena de Bogotá y sus habitantes, que revelan una contradicción inmanente a la condición social colombiana y latinoamericana

Simón Puerta Domínguez

Antropólogo y Magister en Filosofía. Docente ocasional del Departamento de Antropología de la Universidad de Antioquia. Miembro del Grupo de Investigación y Gestión sobre Patrimonio (GIGP)
Puerta Domínguez, S. (2016). DE LA DICTADURA A LA DEMOCRACIA. LAS CONTRADICCIONES DEL PROGRESO EN LA OBRA DE JOSÉ MARÍA ARZUAGA EN BOGOTÁ. Historia Y Espacio, 12(46), 187–200. https://doi.org/10.25100/hye.v12i46.1891